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Fernando Kreyness 5º4°

Ensayando con Sarmiento


La siguiente producción personal es el producto de lo trabajado en Historia y Literatura de 5to año.

Profesoras responsables: Patricia Conway y Eugenia Rey.

Violencia de Género en Facundo de D. F. Sarmiento.

La violencia de género existe desde que se construyó la concepción misma del género. Desde que se definió qué es un hombre y una mujer en una sociedad, asignándoles roles específicos, encerrándolos tras muros psicológicos, sociales, económicos y demás, se ha ejercido la violencia entre géneros por el hecho de ser diferentes. Sin entrar en la polémica de si la violencia de género solo es tal de hombres hacia mujeres, si existe la violencia de género de mujeres hacia hombres o si incluimos a la violencia de género en la concepción actual de géneros no binarios, me voy a limitar a analizar en este trabajo la violencia de género de hombres hacia mujeres en la obra Facundo.

Domingo Faustino Sarmiento es uno de los fundadores de la Literatura Argentina y uno de sus mayores exponentes en libros de marcada connotación política y social. Su crítica a la sociedad de su tiempo no deja de lado la cuestión de género y aunque él no la perciba quizás como una problemática de relevancia, se pueden marcar en sus escritos grandes muestras de machismo. La obra que presenta su visión del caudillo Facundo Quiroga no queda exenta.

Para analizar una cuestión particular dentro del Facundo, hay que entender la obra como tal. Sarmiento narra vivencias de personajes históricos en la forma que a él le conviene para demostrar sus puntos y para generar en el lector la polaridad de Civilización o Barbarie, tan conocida hasta el día de hoy. Tratándose de personas que existieron, que fueron realmente importantes en la Historia Argentina, uno esperaría que sus historias fueran contadas de la manera más verídica y clara posible. Sin embargo, esto no es característico de Sarmiento. Entonces, hay que tener claro que la obra es una ficción sobre la vida de Facundo. Salvadas las distancias de la realidad con la ficción narrada, podemos iniciar el camino del análisis de la violéncia de género en Facundo.

¿Cuál es la razón por la que Sarmiento ocupa páginas de su libro en mostrar la violencia concreta e histórica que sufrieron las mujeres mediante la ficción? ¿Por qué une a todas las mujeres argentinas en la figura de Severa Villafañe? La respuesta a ambas preguntas es la misma: porque es uno de los nexos que construye entre la ficción y la realidad histórica, porque su cruda verdad es incuestionable y sin embargo su ficcionalización da sustento a la narrativa.

Podemos dar cuenta de esta línea de pensamiento en el siguiente fragmento:

La historia de Severa Villafañe es un romance lastimero, es un cuento de hadas, en que la mas hermosa princesa de sus tiempos anda errante y fugitiva, disfrazada de pastora unas veces, mendigando un asilo y un pedazo de pan en otras, para escapar a las acechanzas de algún gigante espantoso, de algún sanguinario Barba Azul. (149)

Utiliza recursos que le permiten construir su narración sin despegarse del todo de la realidad que vivían las mujeres de la época. La romantización y hasta victimización de la mujer y la grotesca representación del hombre son referencias que le caben a la ficción y a la realidad y es por eso que las usa.

Lo que intenta Sarmiento es reconstruir en su versión de “princesa criolla” los sentimientos de temor, de estar indefensa y de rechazar a cualquier hombre que cree que tienen las mujeres. Es una concepción generalizadora y machista de lo que piensa y siente una mujer, escrito desde el lugar del hombre.

Este hombre se victimiza a sí mismo en un doble juego psicológico con el lector en tanto presenta al hombre malo y grotesco y a la mujer buena y bella sin embargo representa los pensamientos de una mujer desde una narración masculina, en la que se resiente por el rechazo de las mujeres hacia el hombre.

El episodio de Severa narra la brutalidad de Facundo como hombre bárbaro pero entre líneas puede entenderse que el hombre civilizado es víctima del rechazo generalizado de la mujer hacia todos los hombres, bárbaros o no.

En este aspecto, podemos decir que Sarmiento reconoce la violencia de género como un hecho meramente bárbaro, malinterpretado y exagerado por las mujeres con consecuencias perjudiciales para el hombre civilizado más que para las mujeres mismas. De este fragmento podemos ahora tomar otro tema.

La sexualidad: la mujer es sexualizada -según algunas ideologías- desde el apego al seno materno, desde la relación de un bebé y su madre al amamantar. Otras teorías iniciarían la sexualidad de la mujer mucho antes de que esta fuera madre, sin embargo lo que nos importa no es desde cuándo una mujer es sexualizada sino desde cuándo un hombre sexualiza a una mujer, y a partir de allí inicia su violencia sexual hacia ella. Partiendo de la base más primitiva de la sexualización de la mujer en el pensamiento masculino -desde que es bebé- podemos entender la violencia de género de tipo sexual en Facundo.

Aquél romance, aquella princesa y aquél bárbaro acecho son referencias sexualizadas en el fragmento tomado. Sarmiento concibe al hombre bárbaro como incapaz de amar y solo capaz de acechar, perseguir y ultrajar a la mujer, que debe huir de tal persecución. No obstante, como ya hemos mencionado, la mujer para Sarmiento es indefensa, y tarde o temprano cae ante el bárbaro acecho y sufre la peor de las violencias sexuales.

Entonces, para Sarmiento, la violencia de género de tipo sexual es otra realidad innegable, que ficcionaliza con el objetivo de naturalizarla. Es una vez más el recurso de anexar la ficción y la realidad histórica a su beneficio, para probar su polarización de la civilidad y la barbarie. Posiblemente no reconozca al hombre civilizado como capaz de dichas atrocidades pero las narra como un hecho inevitable y por tanto habilita a que cualquier hombre cometa actos de violencia de género de tipo sexual -otra vez- sea bárbaro o no.

No es necesario tomar un fragmento distinto para abarcar el último tema del trabajo, quizás sus relaciones sean más rebuscadas por tanto apenas se hará referencia a él, pero no se debe perder de vista tampoco. El último tema es la violencia de género como demostración de poder. Aquí es donde el asunto se torna más político, clásico de Sarmiento. La noción importante a tener en cuenta para esta parte del trabajo es la de lo público y lo privado o íntimo. Aquello que es público es lo que está al alcance de todos, que todos pueden acceder sin restricciones, aquello que teóricamente no discrimina a nadie. Luego, aquello que es privado o -más bien para el caso- aquello que es íntimo es lo que no está al alcance de todos, lo que cada uno restringe a quienes decida, aquello de lo que teóricamente tenemos control, elección y poder.

Ahora vamos a la contradicción. Lo público es público y lo íntimo es íntimo a partir de que dichas nociones son parte de nuestro sistema, de la sociedad. Sarmiento interpreta que el bárbaro claramente no es parte de la sociedad y entonces es ajeno a lo público y a lo privado o íntimo, por tanto discrimina al decir que el bárbaro no presenta discriminación de lo público y lo íntimo como sí lo hace el civilizado. Si lo público no discrimina a nadie, entonces ¿Por qué el hombre civilizado discrimina? ¿Por qué el hombre civilizado construye las restricciones, el control, la elección y -a fin de cuentas- el poder? Estas preguntas se responden en el mismo fragmento de siempre y con él se concreta el vínculo entre lo público e íntimo y la violencia hacia las mujeres.

Allí dice que la mujer huye de la persecución, intenta restringir el acceso a su cuerpo, que considera -como corresponde- íntimo de sí y de quienés ella decida, elija y controle que tengan contacto con él. Sin embargo ella, para Sarmiento, no tiene poder. El poder es monopolio de los hombres civilizados. Como hemos dicho, la mujer antes que después caerá ante la persecución y sufrirá la violencia, ejercida a partir del poder del hombre sobre la mujer.

¿Pero cómo? ¿No acabamos de decir que el poder solo es de hombres que sean civilizados? ¿Cómo un hombre bárbaro tiene noción del poder sobre la mujer? Pues no, no la tiene. Para Sarmiento el bárbaro no tiene noción de que tiene poder sobre la mujer, sin embargo al ser bárbaro y no regirse por las nociones, comete actos característicos de su barbaridad por el simple hecho de ser así.

Aquí es donde atrapamos a Sarmiento, donde le demostramos sus errores, donde le decimos que el hombre civilizado sí comete violencia de género:

El hombre civilizado tiene el monopolio del poder. La mujer no tiene poder. El hombre civilizado tiene la noción de que el cuerpo de la mujer es propio de su ámbito íntimo, de que ella restringe, decide y controla quien accede a él. Sin embargo, al tener el poder, el hombre civilizado avasalla los derechos de la mujer, con plena noción de sus violentos e ilegítimos actos contra la mujer.

Queda demostrado que aún desde la perspectiva de Sarmiento, el hombre civilizado es peor ser humano que el hombre bárbaro. Porque el hombre bárbaro comete actos violentos por ser bárbaro sin tener noción de la maldad. Mientras que el hombre civilizado, conciente de las nociones con las que rige su querida sociedad, presenta la maldad de ir en contra de sus propios valores por el simple goce de su situación de poder. Ésta fue la explicación de la violencia de género. Ésta fue la destrucción total de los valores sarmientistas con base en sus múltiples contradicciones y en su intencionada falta de ética.

¿Qué queda por decir? Podría haber empezado las conclusiones a principio de carilla pero quería terminar la idea en el desarrollo. En la materia Historia aprendí a destruir a Sarmiento, solo que nunca lo había practicado. Fue una buena experiencia para unir los temas Literatura y Violencia de Género, tomando una obra tan conocida como criticable, escrita por un personaje como Sarmiento.

Bibliografía:

- Jitrik, Noé. Para una lectura de Facundo, de Domingo F. Sarmiento. Ensayos y Estudios de Literatura Argentina. Buenos Aires: Galerna, 1970.

- Masiello, Francine. Entre Civilización y Barbarie. Mujeres, Nación y Cultura Literaria en la Argentina Moderna. Rosario: Beatriz Viterbo, 1997.

- Sorensen, Diana. Los riesgos de la ficción. El Facundo y los parámetros de la escritura histórica. El Facundo y la construcción de la cultura argentina. Rosario: Beatriz Viterbo, 1998.


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